¿Qué significa realmente estar solo? ¿Y por qué nos da tanto miedo? No considero que el miedo de estar solo venga de la idea de estar literalmente solo, ya que es una situación prácticamente imposible. Siempre tendremos algún amigo; si no es amigo, familiar; si no es familiar, vecino; si no es vecino; conocido... Incluso los desconocidos que nos rodean al andar por la calle. Estar solo literalmente es algo difícil.
Yo tengo un miedo tremendo a quedarme sola, pero las veces que he considerado estar sola (y lo he pasado mal con ello), he descubierto que realmente eran dos miedos diferentes, pero ligados a la vez: el miedo al abandono y el miedo a quedarme sola conmigo misma.
Solemos tener una forma muy curiosa de reaccionar ante el abandono por personas que considerábamos especiales y parte de nuestra vida: echarnos la culpa y despreciarnos, considerar que no somos suficientes para esa persona. Lo cuál no solo afecta en el momento de ver personas marchar de tu vida, sino en el momento de tratar de hacer nuevas conexiones con personas nuevas. Hay una vocecita detrás diciendo: ¿si el anterior te abandono, por qué no lo hará este?
Ante el abandono hay muchas personas que eligen llenar ese vacío con otras personas desde el primer día, personas con las que no puede haber ni de cerca la conexión que se tenía con otras personas, por eso, ese vacío se llena temporalmente. En algún momento tiene que llegar el momento de sentirse solo porque faltan esas personas con las que contabas para todo.
Y ese momento de quedarse solo contigo mismo da miedo, da miedo aceptar una pérdida, da miedo quedarse con todos los sentimientos que provoca una pérdida, da miedo negarlo, da miedo enfadarse, da miedo llorar y estar triste. Pero es un momento clave, porque una vez nos permitimos sentir, podemos a pasar a reflexionar.
Cuando somos capaces de reflexionar nos damos cuenta de por qué pasó, que aunque tuvimos parte de culpa, fue cosa de los dos; que aunque antes se podría haber arreglado, ya es demasiado tarde; que perder esa conexión no va a solucionarse con otra persona, esa conexión sanará y nos nos hará falta: las futuras personas que lleguen crearán nuevas conexiones, fruto de esa nueva relación, pero en ningún momento sustituirán la pérdida, porque nadie tiene que sustituir a nadie.
Entonces te das cuenta que realmente no hay ninguna persona que necesites, la vida enseña que la mayoría de personas son pasajeras, no porque todas te abandonen o tú abandones, simplemente hay personas que siguen diferentes caminos, aunque algunas pueden quedarse para siempre. Lo más importante es saber que tú eres una persona plena por ti mismo, perder una persona no va a hacer que pierdas un cachito de ti, simplemente ese cachito de persona no va a formar parte más de ti que en el recuerdo, y depende de que tipo de relación fuese, puede ser un cachito que incluso se olvide.
Una vez comprendemos eso, somos capaces de seguir creando conexiones con otras personas, pero nunca por sustituir, sino por encontrar personas que nos acompañen en nuestro camino.
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