Un año hace de que decidí empezar a escribir este blog, y aunque lo hago menos de lo que querría, el apoyo que he recibido desde su comienzo es increíble. Gente que me se me ha acercado para pedir ayuda porque conoce a chicas que están pasando lo que yo pasé, gente que se me ha acercado personalmente o me ha escrito dándome las gracias por compartir mis vivencias y conocimientos, o simplemente la gente que me comenta y le da me gusta a las entradas cuando las comparto en Facebook. Todas esas personas me ayudáis a que quiera seguir sacando esto adelante, aunque las últimas entradas hayan perdido lectores.
Ya que ha pasado un año desde que lo empecé, quería reflexionar de todo lo que ha pasado en este último año, porque no ha sido poco. Ha sido un año raro, un verdadero camino en el que no sabía que venía por delante, sólo sabía que tenía que seguir caminando. Y puedo decir que estoy orgullosa de las decisiones que tomé para salir en un hoyo en el que caí, aunque a algunas personas algunas les parecieron un poco drásticas. Pero era uno de esos momentos en el que te tienes que centrar en ti mismo y decidir lo que a ti te parece que está bien y que te va a hacer feliz.
Mientras estaba en el hoyo me convertí en una persona "que resta": negativa a más no poder y transmitiéndole mis agobios a quién estuviese conmigo, pensando solo en mí misma, no dándome cuenta de lo que sucedía alrededor mía. Y aunque fuese todo completamente mi culpa, realmente no era mi intención; ir andando con una venda en los ojos hace que te pierdas en la oscuridad, y para quitarmr la venda tenía que alejarme de todo aquello que causó que me la tuviese que poner. Y eso hice.
Quitarse la venda da miedo, porque descubres todo lo que has descuidado y no podías ver mientras la llevabas puesta, pero era necesario para que yo pudiese continuar. Entonces intenté revertir mi negatividad a positividad, lo conseguí, pero el daño estaba hecho en algunos aspectos de mi vida. Me llevé palos muy grandes, pero sorpresa, como no tenía la venda puesta no me tiraron al suelo, me hicieron reflexionar y sacar el lado positivo de las cosas. Es curioso la cantidad de cosas que a simple vista encuentras negativas, pueden esconder un lado positivo.
Pero no me había perdido sólo en mí, sino en mi plan de vida. Había perdido la ilusión por un futuro que me había montado en no la mejor parte de mi vida y sin barajar los pros y contras. Lo único con lo que me motivaba era escribiendo en el blog y pensando que así podía leerme alguien a quien ayudarle. Entonces empezó el pensamiento recurrente de que podía llevar lo que hacía con el blog a mi futuro y cada vez era más atrayante. Después de muchos comederos de cabeza, pros y contras, un análisis muy complejo de mis motivos (vaya, muchas rayadas) llegué a una conclusión y estoy en el camino de empezar a cumplirla.
La vida es tan curiosa, porque decisiones que tomas que parecen lo mejor y seguras, resultan inadecuadas cuando evolucionas con los eventos que vives en la vida. Pero ninguna es un error, todo son decisiones tomadas en circunstancias diferentes, en diferentes "yo"s. La vida es así, llena de sorpresas. Agradables y desagradables. Las agradables son fáciles de aceptar, pero las desagradables se aceptan según nuestra capacidad de adaptarnos y sacar lo positivo de las cosas. Porque después de todo, no queremos personas que resten, sino que sumen.
Ya que ha pasado un año desde que lo empecé, quería reflexionar de todo lo que ha pasado en este último año, porque no ha sido poco. Ha sido un año raro, un verdadero camino en el que no sabía que venía por delante, sólo sabía que tenía que seguir caminando. Y puedo decir que estoy orgullosa de las decisiones que tomé para salir en un hoyo en el que caí, aunque a algunas personas algunas les parecieron un poco drásticas. Pero era uno de esos momentos en el que te tienes que centrar en ti mismo y decidir lo que a ti te parece que está bien y que te va a hacer feliz.
Mientras estaba en el hoyo me convertí en una persona "que resta": negativa a más no poder y transmitiéndole mis agobios a quién estuviese conmigo, pensando solo en mí misma, no dándome cuenta de lo que sucedía alrededor mía. Y aunque fuese todo completamente mi culpa, realmente no era mi intención; ir andando con una venda en los ojos hace que te pierdas en la oscuridad, y para quitarmr la venda tenía que alejarme de todo aquello que causó que me la tuviese que poner. Y eso hice.
Quitarse la venda da miedo, porque descubres todo lo que has descuidado y no podías ver mientras la llevabas puesta, pero era necesario para que yo pudiese continuar. Entonces intenté revertir mi negatividad a positividad, lo conseguí, pero el daño estaba hecho en algunos aspectos de mi vida. Me llevé palos muy grandes, pero sorpresa, como no tenía la venda puesta no me tiraron al suelo, me hicieron reflexionar y sacar el lado positivo de las cosas. Es curioso la cantidad de cosas que a simple vista encuentras negativas, pueden esconder un lado positivo.
Pero no me había perdido sólo en mí, sino en mi plan de vida. Había perdido la ilusión por un futuro que me había montado en no la mejor parte de mi vida y sin barajar los pros y contras. Lo único con lo que me motivaba era escribiendo en el blog y pensando que así podía leerme alguien a quien ayudarle. Entonces empezó el pensamiento recurrente de que podía llevar lo que hacía con el blog a mi futuro y cada vez era más atrayante. Después de muchos comederos de cabeza, pros y contras, un análisis muy complejo de mis motivos (vaya, muchas rayadas) llegué a una conclusión y estoy en el camino de empezar a cumplirla.
La vida es tan curiosa, porque decisiones que tomas que parecen lo mejor y seguras, resultan inadecuadas cuando evolucionas con los eventos que vives en la vida. Pero ninguna es un error, todo son decisiones tomadas en circunstancias diferentes, en diferentes "yo"s. La vida es así, llena de sorpresas. Agradables y desagradables. Las agradables son fáciles de aceptar, pero las desagradables se aceptan según nuestra capacidad de adaptarnos y sacar lo positivo de las cosas. Porque después de todo, no queremos personas que resten, sino que sumen.
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