Nunca
se es del todo objetivo. Miramos el mundo a través de nuestras propias gafas,
graduadas según nuestras experiencias, recuerdos, lo que nos han enseñado,
inculcado, nuestros valores… Entonces, se puede considerar que somos subjetivos
con todo, hasta con nosotros mismos. No vemos nuestras cualidades .
Todo
esto porque vivimos en un mundo en el que si admites tus cualidades te tachan
de orgulloso y prepotente. La mayoría opta por callar, y lo único que consigue
es no potenciarlas. Si lo pensamos, nacemos teniendo todas las cualidades que
queramos, pero a causa de X e Y, algunas destacan y otras quedan más al fondo.
Durante
mucho tiempo me consideré “tímida”, y debido a eso perdí muchas oportunidades
porque pensaba que debido a ello no podía hacer determinadas cosas. Pero ser
tímida no me impedía hacerlo, a lo mejor me lo podía dificultar por creencias
que tenía condicionadas por el pasado, pero eso no implicaba que no pudiera
cambiarlo.
No
es fácil. Ser objetivo consigo mismo no se logra tan fácilmente como quitarnos
nuestras “gafas”, el pasado siempre lo tenemos presente. Pero si hay que abrir
la vista a más posibilidades, y llevar el “voy a intentarlo” por delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario