jueves, 6 de octubre de 2016

Pero si es una tontería...

Hace tiempo que no escribo. En parte por falta de tiempo, en parte porque me sentía sin ganas. No escribo desde verano, y desde verano me he venido a Madrid, he empezado un curso nuevo, he vuelto a ver a gente que no veía en tres meses, he conocido a mucha gente… Muchos cambios que han hecho que mi nivel de ansiedad se eleve por encima del normal.

La ansiedad… Algo que sufre tanta gente pero pocos hablan. Será por esa frase que va seguida muchas veces de cuando expresamos lo que sentimos: ¿por qué estás así si es una tontería? Te sientes juzgado, incomprendido, sólo… Y eso no ayuda mucho, que digamos.

¿Y cómo es la ansiedad cuando ataca? Un barullo de pensamientos que empiezan desde algo muy simple, pero se convierte en un huracán que no para de dar vueltas y vueltas, cada vez más rápido y más fuerte. Hasta que te deja caer. A veces es un dolor en el pecho, como si te estuviese doliendo el corazón; otras veces un nudo en la garganta, por todo lo que no pudiste decir…

“¿Por qué no has salido? Todo el mundo ha salido. Estás sola. Si no sales la gente no te conocerá. Pero si sales lo pasarás mal porque no conoces gente. ¿Por qué eres rara y te cuesta socializar? ¿Por qué no eres sociable como el resto de tus amigos? Tus amigos te dejarán por otros porque no sales con ellos. Te aislas. Estás sola. No le importas a nadie. No intentas nada. Eres una fracasada. Mírate, llorando en la cama y los demás divirtiéndose. Vete a dormir llorando. Te lo mereces”.

Lo curioso es despertarse al día siguiente y verlo todo desde una nueva perspectiva. No fue para tanto. No salí porque estaba cansada y al día siguiente no quería faltar a clase. Mis amigos siguen aquí, voy a estar con ellos hoy. Sigo siendo yo. Ayer mi ansiedad me ganó. Pero hoy le gano yo.


Si os encontráis con alguien en esta situación. No menospreciéis su dolor, puede haber empezado por una “tontería”, pero les ha desencadenado algo que les ha llevado a estar en ese estado. Hay un vídeo que da consejos sobre como se siente esa persona. Pienso que acierta en todo.


sábado, 17 de septiembre de 2016

Lo que no es y lo que sí es un TCA

Un TCA no se basa en una serie de cuerpos concretos,
Un TCA se basa en una serie de pensamientos concretos.

Un TCA no implica vomitar, restringir, ayunar;
Un TCA implica tener una obsesión con la comida.

Una persona con TCA no siente que tiene un control de su vida;
Una persona con TCA siente que, al menos, controla la comida.

Un TCA no es culpa de la persona que lo sufre, ni de sus familiares;
Un TCA es culpa de una serie de circunstancias en la vida de la persona que lo sufre.

Una persona con TCA no quiere mantenerse en él;
Una persona con TCA lo mantiene porque le sirve como vía de escape.

Una persona con TCA no es egoísta;
Lo que es egoísta es su TCA.

Un TCA no se supera simplemente comiendo;
Un TCA se supera resolviendo lo que llevo a él.

Una persona con TCA no puede salir de allí sola;

Una persona con TCA necesita tu ayuda.

jueves, 25 de agosto de 2016

Querida yo a los 16:

Querida yo a los 16:

Vuelves a estar tumbada en la cama, con la mirada perdida, pensando en cuándo puede acabar este infierno. Deseas poder dormir, que esta tortura mental pare al menos un par de horas, pero no eres capaz de quedarte dormida. Pero tampoco de realmente hacer nada, así que simplemente est´as tumbada, tú y tu huracán de pensamientos, creando el mayor desastre.

Coges la mínima fuerza que parece quedarte para levantarte de la cama y te plantas delante del espejo para examinar cada centímetro de tu cuerpo detenidamente. Tus ojos han perdido su típico brillo, solo queda una mirada opaca, inexpresiva, triste. Palidez enfermiza que destaca aún más los moretones bajo los ojos que por más maquillaje que utilices no consigues tapar. Clavícula demasiado definida que llega a tus huesudos hombros. Brazos y piernas minúsculas. Ninguna curva. Una chica de 16 años encerrada en el cuerpo de una de 11. Pero tú no te das cuenta. Sigues fijándote en la grasa que queda en cualquier parte de tu cuerpo. "Si se puede palpar, es que puede irse". 

Sientes tantas cosas al mirarte en el espejo. Quieres gritar, llorar, darle un golpe, arañarlo, romperlo hasta que se haga añicos... Pero no puedes, es como si tu cuerpo fuese controlado por un fantasma y tu alma no pudiera hacer nada con él. Los sentimientos van quedando encerrados cada vez más en un lugar más remoto de tu corazón, se va a necesitar más de un intento para llegar a ellos en un futuro. 

Recuerdas los sucesos del día. Tu tarea fue escribir una carta a tu yo de dentro de unos años. Hiciste lo que se supone que tenías que hacer: escribir que esperas verte ya bien, que has cogido el control de tu vida y que eres feliz. ¿Pero te lo creías? Era más fácil escribir eso que pensar en dónde estarías en unos años, porque por más que intentases imaginar no veías más que oscuridad, y eso te asustaba. 

Curioso que ahora tu yo de dentro de dos (casi tres) años te escriba. Ese yo que no podías imaginar existe, y se acuerda de ti. Te va a tocar ser fuerte.

Llegará un día en el que cambies de chip. Sí, suena raro, pero sucederá de un día para otro. Pensarás en que puede que haya una alternativa a lo que estás "viviendo". Que tu cuerpo respire no significa que estés viviendo, ya que tendrías que sentir y no lo haces, pero te ofrecerán la oportunidad de encontrarte. Sacar a la chica presa de su propio cuerpo y devolverla a donde siempre debería haber estado. 

No será fácil. Pero poco a poco irás logrando metas. Poder reír a carcajadas. Recuperar las ganas de salir con amigos. Disfrutar de una comida. Pasar de largo un espejo sin parar a mirarte. No saber tu peso y que teigual. Que un fallo no te define. Eso que alguna vez dijiste que estuvo mal, ya hace tiempo que no lo recuerda nadie más que tu traicionera memoria. Porque te darás cuenta de lo que realmente importante y, en menos tiempo del que piensas, serás yo. 

No vivir no está permitido. Date la oportunidad de disfrutar y descubrir. Puede que se te dé mejor de lo que imaginas. Y lo más importante, da igual las veces que te tropieces, siempre mantén la mirada hacia delante.




martes, 26 de julio de 2016

Aceptamos el amor que creemos merecer

Esa frase es la que nos llamó a todos la atención en la película “Las ventajas de ser un marginado”, pero yo no la llegué a entender hasta mucho más tarde.

He visto personas en relaciones tóxicas, conscientes de ello pero sin salir del allí, como si estuviesen adictos al “dolor” que esta le producía. He visto personas dejando a las personas que más les amaba en el mundo sin dar explicación, de un día para otro. Me he sentido impotente, he querido gritarles: “¿pero no te das cuenta? ¿No te das cuenta que estás cometiendo un error?” Pero luego lo comprendí.

Por muy masoquista que parezca tu amigo/a que acaba volviendo una y otra vez con esa persona que le hace daño, puede que piense que lo merece, que merece el dolor, o puede que piense que no vaya a encontrar a otro, otro que le dé amor. Porque después de todo, tememos estar solos, tememos el abandono, tememos nunca volver a recibir el cariño que una vez recibimos.

Sí, incluso esa chica a la que van catalogando de “puta” o “guarra” por acostarse con un tío diferente cada fin de semana. Ella busca cariño, todo el cariño que le puedan dar en cada noche, pero no quiere ir a más. Por cualquier razón que tenga, tiene miedo a que le hagan daño, a intentar algo más complicado, tira por el camino fácil. Sin compromiso no hay daño, piensa.

Durante mucho tiempo estuve sola, convenciéndome que nunca iba a encontrar a alguien, que me iba a conformar con cualquiera que viniese en mi camino para no sentirme sola. Todo eso sin darme cuenta que por el camino podía llegar alguien adecuado, pero estaba tan inmersa en odiarme, en pensar que nadie me merecía que, ¿cómo iba a mirar a mi alrededor? Nada de eso cambió hasta que me acepté, me quise por como era y decidí levantar la cabeza. ¿Por qué como te va a querer alguien si ni siquiera tú puedes quererte?

Por eso nunca juzgues a nadie que no sigue los mismos principios que tú y si no tiene lo que tú tienes. Porque nunca hacemos nada que no pensamos que nos va a proporcionar un beneficio. Todo eso que parece tan superficial, esconde los miedos de una persona. ¿Cuáles? Pueden ser miles. Puede que alguna vez encuentren a alguien que les haga cambiar de opinión, o no. Sólo espero que lo que una vez soñaron no haya sido condicionado por un suceso en sus vidas. 

Pero si tú tienes a alguien que te quiere y tú le quieres, enhorabuena, te has aceptado y has permitido que otro te acepte. Te sorprendería saber lo poco común que es eso. Puede que incluso hayas vencido un miedo que alguna vez teniste, lo dejaste en el pasado y te permitiste volver a intentarlo. Te vuelvo a felicitar, encontraste a alguien por quien merecía la pena arriesgar. 







miércoles, 13 de julio de 2016

La estrella que buscaba su brillo

Érase una vez, una estrella que perdió su resplandor
Dependió de otra para que la encendiese
Y la hiciese brillar,
Pero esa estrella se marchó.

La estrella se fue en busca de otra
Otra estrella que la encendiese
Ya que necesitaba a alguien que le permitiese brillar
Y darle su felicidad.

Ha medida que iba buscando
Iba perdiendo más luz y siendo más infeliz
Nadie parecía querer hacerlo
Porque no destacaba entre los demás.

Entonces la estrella se dio cuenta
“¿Y por qué no puedo hacerlo yo?
Encender yo mi luz
Y brillar por mí sola?”

La estrella encendió su luz sola
Ya no necesitaba a nadie
Sabía que su felicidad era suya
Y no algo que le daban otros.

Pero entonces apareció otra estrella
Otra estrella que le ofreció su luz
Pero ella ya no la necesitaba
Ella podía brillar sola.

Pero comprendió que no venía a encenderla
Sino a mantener su preciosa luz
Porque su felicidad y brillo le atrajo
Y quiso complementar lo que ya tenía.

Y así la estrella brillaba
Y era feliz
Y tenía a quien la apoyaba
Pero no dependía de nadie para alzarse ella sola.


Busca quién te apoye, te ayude a ser feliz y fuerte, pero no dependas de nadie porque si pones tu felicidad y fuerza en otra persona, te arriesgas a perderlo todo si esa persona se va. Tu felicidad y tu fuerza son tuyas, recuérdalo.