martes, 26 de julio de 2016

Aceptamos el amor que creemos merecer

Esa frase es la que nos llamó a todos la atención en la película “Las ventajas de ser un marginado”, pero yo no la llegué a entender hasta mucho más tarde.

He visto personas en relaciones tóxicas, conscientes de ello pero sin salir del allí, como si estuviesen adictos al “dolor” que esta le producía. He visto personas dejando a las personas que más les amaba en el mundo sin dar explicación, de un día para otro. Me he sentido impotente, he querido gritarles: “¿pero no te das cuenta? ¿No te das cuenta que estás cometiendo un error?” Pero luego lo comprendí.

Por muy masoquista que parezca tu amigo/a que acaba volviendo una y otra vez con esa persona que le hace daño, puede que piense que lo merece, que merece el dolor, o puede que piense que no vaya a encontrar a otro, otro que le dé amor. Porque después de todo, tememos estar solos, tememos el abandono, tememos nunca volver a recibir el cariño que una vez recibimos.

Sí, incluso esa chica a la que van catalogando de “puta” o “guarra” por acostarse con un tío diferente cada fin de semana. Ella busca cariño, todo el cariño que le puedan dar en cada noche, pero no quiere ir a más. Por cualquier razón que tenga, tiene miedo a que le hagan daño, a intentar algo más complicado, tira por el camino fácil. Sin compromiso no hay daño, piensa.

Durante mucho tiempo estuve sola, convenciéndome que nunca iba a encontrar a alguien, que me iba a conformar con cualquiera que viniese en mi camino para no sentirme sola. Todo eso sin darme cuenta que por el camino podía llegar alguien adecuado, pero estaba tan inmersa en odiarme, en pensar que nadie me merecía que, ¿cómo iba a mirar a mi alrededor? Nada de eso cambió hasta que me acepté, me quise por como era y decidí levantar la cabeza. ¿Por qué como te va a querer alguien si ni siquiera tú puedes quererte?

Por eso nunca juzgues a nadie que no sigue los mismos principios que tú y si no tiene lo que tú tienes. Porque nunca hacemos nada que no pensamos que nos va a proporcionar un beneficio. Todo eso que parece tan superficial, esconde los miedos de una persona. ¿Cuáles? Pueden ser miles. Puede que alguna vez encuentren a alguien que les haga cambiar de opinión, o no. Sólo espero que lo que una vez soñaron no haya sido condicionado por un suceso en sus vidas. 

Pero si tú tienes a alguien que te quiere y tú le quieres, enhorabuena, te has aceptado y has permitido que otro te acepte. Te sorprendería saber lo poco común que es eso. Puede que incluso hayas vencido un miedo que alguna vez teniste, lo dejaste en el pasado y te permitiste volver a intentarlo. Te vuelvo a felicitar, encontraste a alguien por quien merecía la pena arriesgar. 







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