jueves, 27 de abril de 2017

Querida chica que se quedó en medio:

Querida chica que se quedó en medio:

Conozco tu historia. Sé que en el pasado tuviste tus problemas con la comida, que estuviste en algún tipo de tratamiento pero lo dejaste cuando ya estabas “sana”. Sí, sana físicamente. Te mantienes en ese peso por el que nadie se podría alarmar pero tanto tú como yo sabemos que no queda natural en ti. Siempre tuviste curvas, ¿dónde han quedado?

Te he visto comer en numerosas ocasiones. Nunca dejas el plato limpio, esparces la comida para que parezca que has comido, pero no tanto. Los carbohidratos los evitas, la ensalada no la aliñas, no sea que te vayas a comer unas calorías de más. “¿Vamos a pedir pizza?” “Pedidme una ensalada, y que la Coca Cola Light no falte”.
Estás en dieta constante. Pero que nadie sospeche, es para la Operación Bikini que empezaste desde diciembre. Y si no para una boda, una comunión, un viaje… Cualquier excusa para hacer dieta vale.

Sé que evitas los espejos en público. No sea que nadie se vaya a fijar que te quedas mirándote más tiempo de lo que lo hace el resto. Que tu momento más vulnerable es cuando antes de entrar en la ducha examinas tu cuerpo. Te has mirado suficiente como para conocer todos los lunares que cubren tu bella piel, pero sólo te conoces los sitios en los que tienes más grasa que hueso.

Me dan ganas de acercarme y decirte: “no te vas a quedar en medio para siempre, algún día los espejos no serán tus enemigos, y la comida será un placer del que disfrutarás como cualquier otro”. Pero no me atrevo, porque no me vas a creer. ¿Cómo podrías olvidar algo que te lleva persiguiendo tanto tiempo? Me encantaría gritarte “yo también lo creí, yo también creí que nunca lo olvidaría. Pero lo conseguí”.

Porque llegará un momento de estrés en tu vida. Romperás con tu pareja, tendrás problemas en tu familia, se morirá alguien cercano a ti, te echarán del trabajo… Pasará algo que romperá toda esa estabilidad tan cuidada que había creado. Todo se vendrá abajo, y tu también.


¿Vale la pena? ¿Vale la pena vivir en la cuerda floja, estando “bien” pero sólo cuando todo va bien? ¿Saber que vives con una bomba que no sabes cuando va a explotar? Es posible librarse de ello. Es posible tener una vida plena. Recibe esa ayuda que no dejaste terminar, y todo irá bien. Confía en mí. Merecerá la pena que una preciosa chica como tú, vea por fin eso, que es preciosa.

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