Tengo
una pregunta. La primera vez este año que os habéis enterado por un medio de comunicación de que llega el verano, ¿cómo ha sido? ¿Os habéis enterado por qué han empezado
los anuncios de helados, colchonetas para la piscina o similares? ¿Os habéis
enterado por qué los destinos de las vacaciones han cambiado a playas? ¿U os
habéis enterado, en abril, o incluso marzo, por qué hay que empezar a hacer la
operación bikini? Sí, ahora la llegada del verano no parece ser un momento de
descanso, con vacaciones, sol y playa, ahora la llegada del verano para las
mujeres es un estrés porque hay que ponerse en forma, hacer dietas express y
todo por ir a la playa y lucir un buen cuerpo.
Se
ha convertido en algo tan normal por el hecho de que tantas personas comparten
el mismo pensamiento, que no nos damos cuenta de lo poco normal que es. Comentarios
como “merienda de gordas”, “uff después de la comilona no voy a cenar”, “me voy
a poner como una foca” y “que cuerpazo tiene esta, ojalá yo estuviese así” es
normal escucharlo en una conversación de amigas. He estado con personas con las
que es imposible que hablen de otra cosa que no tenga que ver con la imagen. Si
se mira desde fuera, ¿es muy triste no?
Seguro
que también habéis escuchado que la sociedad está haciendo que aumente el
índice de los trastornos alimentarios y baje la edad de los que los sufren. Sí,
es cierto. ¿Pero por qué no todas las personas que inician una dieta o reciben
estos mensajes caen en él? Creo que un ejemplo es más explicativo.
Imaginar
la típica mujer que se influencia por la sociedad. Empiezan los anuncios de la
operación bikini, les hace caso y adelgaza, pero llega el verano con los
chiringuitos, las fiestas, las vacaciones; se olvida, igual que en Navidades,
después de Navidades a bajar otra vez de peso… Ciclo de subir, bajar, subir y
bajar. Pero solo con la influencia de que es lo que socialmente parece
correcto.
Pero
pongamos el ejemplo de una chica adolescente insegura, que busca gustarle a
todo el mundo, que siempre se ha sentido excluida… Empieza una dieta y decide
volcar todo en un cuerpo perfecto,
todo empieza con un “si adelgazo tendré más seguridad”, y acaba que todo lo que
quieres en la vida (amigos, amor, éxito…) depende de ello. Imaginadlo, todo lo
que no sabías como lograr conseguir ahora estás seguro que adelgazando lo vas a
conseguir, está bajo tu control. ¿Crees que es fácil salir de ahí?
Ahí
la diferencia. Sí, el mismo mensaje
acaba calando a cada persona según como ella es. De ahí el peligro de la
sociedad actual, nunca nadie sabe quién se va a ver afectado por ella. (Aclaro
que hay mil factores más que hacen que caigas en un TCA, esto es más enfocado a
la influencia social).
Por
eso es tan importante concienciar. Concienciar a las personas de que un TCA no
es una tontería. Que los “mi hija simplemente está haciendo dieta” puede
quedarse en eso o acabar en un serio problema. Los “hoy no ceno, por haber
comido mucho” pueden ir a más. Y no sólo
concienciar sobre los TCAs sino por esa gente que se queda en medio, esa gente que hace dietas socialmente y en vez de
disfrutar del deporte lo hace por quemar. Esa gente que no es 100% libre, por la
presión social.
Yo
lo fui. Yo caí. Y yo salí. Y salí concienciada. Veo todo lo de alrededor y me
da pena. Poder estar en la playa, comiendo helado, echándome fotos sin
pensar que mi barriga no se ve plana... Y me da igual, soy feliz. Pero sé que muchos otros no. Por eso os
animo a ello. Intentadlo. Por mucho que la sociedad os diga que “así no os véis
bien”, demostradle que sí:
Que una sonrisa llama más que un cuerpo.
Que la
seguridad es un sentimiento y no un cuerpo perfecto.
Que vuestro cuerpo es vuestro, y no
suyo.